jueves, 13 de enero de 2011

Por si no lo saben!!!... San Valentín tuvo su historia

A pesar de que no se puede decir con seguridad que San Valentín haya sido un personaje real, existieron tres posibles candidatos que han vivido en el Imperio Romano:
  • Un obispo de Terni (por aquel entonces Interamna), en Italia, cuyos restos descansan en la basílica de San Valentín.
  • Un sacerdote que realizaba casamientos en la época en la que el emperador Claudio II los prohibió al considerar que entorpecía el crecimiento del ejército. Por esta razón fue decapitado pasando a ser mártir y posteriormente Santo.
  • Un mártir en una provincia romana de África.
Las historias que han llegado hasta nuestros días referentes a San Valentín cuentan que se trataba de un sacerdote, o un obispo, que vivió en Roma en el siglo III d.C. durante el gobierno del emperador Claudio II. Casi todas las versiones concuerdan en que era un hombre de letras y de conocida fama que fue llamado por el emperador a su presencia. Pero existen diferentes versiones con respecto a la razón que le llevó al emperador. En algunas fuentes encontramos que tras la prohibición del emperador de que se llevasen a cabo casamientos San Valentín continuó casando a parejas en secreto, por lo que el emperador quiso encontrarse con él, y otras fuentes sugieren que el gobernante se interesó por el santo a raíz de la fama que le precedía. Durante este encuentro el religioso trató de hablar al emperador sobre el cristianismo a fin de que se convirtiese y, a pesar de que estaba casi convencido, posteriormente sus consejeros le apartaron de la idea y le pusieron en contra de San Valentín, por lo que Claudio II ordenó su apresamiento.
También existe una historia bastante extendida sobre el tiempo que el santo estuvo apresado que cuenta que el soldado encargado de apresarle trató de burlarse de él diciéndole que no podría curar a su hija ciega, llamada Julia, y San Valentín aceptó el reto tras lo cual Julia pudo ver por primera vez. Por motivo de este milagro toda la familia de Julia se convirtió al cristianismo. Otras versiones afirman que el carcelero, que había oído de la buena fama del santo, le pidió a este que enseñara a su hija Julia, que era ciega, y este le enseño diversas cosas. Finalmente ésta se convirtió, obteniendo la vista gracias a su fe.
A pesar de todo esto fue degollado un 14 de Febrero. Esto sucedió en las cercanías de una puerta que más tarde pasaría a llamarse la “Puerta de Valentino” en su honor. También se dice que Julia, la hija del carcelero, plantó un almendro al lado del lugar donde descansaba el cuerpo del santo, árbol que hoy en día simboliza el amor y la amistad que perduran.
Con respecto a los restos del santo tampoco se sabe con seguridad su lugar de descanso, aunque se cree que el sacerdote y el obispo que pudieron haber sido este famoso personaje y que han sido nombrados al comienzo del escrito pudieron ser enterrados en la Vía Flaminia, a las afueras de Roma. También se piensa que su cuerpo pudo ser llevado a Madrid en el siglo XIX, donde permanecería hasta nuestros días. De lo anteriormente dicho poco es lo que se puede contrastar con documentos históricos, por lo que se piensa que las leyendas que han surgido en torno al santo pudieron haber sido inventadas a lo largo de la Edad Media en Gran Bretaña y Francia, donde comenzó a festejarse el 14 de febrero como hoy en día lo conocemos. Lo que sí es cierto es que esta fecha fue establecida como Día de San Valentín, patrón de los enamorados, por el Papa Gelasio I a finales del siglo V d.C.
Ante la polémica que ha surgido con respecto a la existencia a no de San Valentín, dicha festividad fue borrada del calendario eclesiástico en el año 1969 ante la posibilidad de estar festejando a un santo mitológico, aunque sigue celebrándose este día como tal en todo el mundo.

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